Mi conexión con el Búho
Para mí, el búho es un animalazo. En varias culturas, se lo ve como algo que representa el cambio y la evolución, la sabiduría que uno va juntando, esa intuición que te dice las cosas antes de que pasen, los misterios que guarda el mundo y hasta la muerte y lo que viene después.
Pero más allá de todo eso, para mí el búho tiene un aire de misterio que me fascina. Con su silencio, siento que lo ve todo sin que nadie se dé cuenta. Su habilidad para ver en la oscuridad, para notar cosas que nosotros ni soñamos, y esa mirada profunda que tiene, es como si fuera un vidente, ¿viste?
El búho es un guardián de sus propios secretos, siempre oculto pero súper atento. Y es ahí donde me deja su gran enseñanza.
El búho en mi arte
En mis obras, como en "Buho", siempre intento mostrar esa conexión que hay entre el espíritu y el universo. Me esfuerzo por usar los colores, las luces y las sombras, las formas, para acercarme a ese silencio que tiene el búho, que es igual al del cosmos: todo eso que no vemos pero que está presente, aquí y ahora.
Los mapas que aparecen entre las líneas y hasta las células espermáticas que puse en la obra, nos llevan directo a la fecundación. Es como un ciclo que se repite una y otra vez en nuestras vidas: nacemos, vivimos, morimos y después empezamos otros caminos.
El búho, en el mundo místico, es un símbolo con muchísimas caras. Si bien en algunas tradiciones puede tener fama de "mala suerte", la verdad es que la mayoría de las veces se lo asocia con la sabiduría, el conocimiento profundo, la intuición, esa capacidad de ver más allá de lo evidente y la conexión con lo espiritual y lo oculto.
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