Mi inspiración: El Delfín y el Arte
Para mí, el delfín es mucho más que un mamífero marino; es un símbolo fascinante de belleza, inteligencia, sociabilidad y, lo más importante, de la capacidad de vivir entre dos mundos: lo terrenal y lo espiritual. Este animal, que vive en el agua pero sale a la superficie como si quisiera "volar alto", me enseña la importancia de mantener los pies en la tierra mientras mi espíritu y mi creatividad se elevan.
Como artista, estoy en una búsqueda constante de la belleza. Utilizo mi creatividad e inteligencia para que mi obra alcance un plano social, dejando una huella con su mensaje. El delfín me muestra ese equilibrio: cómo vivir plenamente en el mundo físico sin dejar de explorar las profundidades de lo espiritual.
El delfín es famoso por su inteligencia y por ser súper sociable. Me encanta su forma de ser juguetona, esos saltos espectaculares, cómo nadan en las olas de los barcos y cómo interactúan con otros animales. Además, tienen una capacidad de cooperación increíble para cazar y para cuidar a los suyos, ¡incluso ayudando a los que están heridos o enfermos!
Lo que el Delfín me enseña y su profunda simbología
Su naturaleza social y esa alegría que muestran al interactuar con nosotros los humanos, me conectan con la paz, la amistad, la armonía y la conexión con otros seres. Son un recordatorio constante de la importancia de la comunidad y la cooperación, valores que busco plasmar en mi arte.
Desde tiempos muy antiguos, los delfines han sido vistos como guías y protectores de marineros y viajeros. Me fascinan esas leyendas donde los delfines rescatan a personas que se ahogan o guían barcos perdidos. Para mí, simbolizan esa guía espiritual, la protección divina y la salvación en momentos difíciles o de peligro. Es como si el universo mismo nos enviara una ayuda inesperada.
Su habilidad para vivir en dos mundos ,la superficie y las profundidades del océano, y su compleja forma de comunicarse los convierten en símbolos de la conexión entre mi consciente y mi subconsciente, entre lo material y lo espiritual. A menudo, siento que son mensajeros de esos reinos acuáticos o espirituales, trayendo sabiduría de un lugar más allá de lo que vemos.
Además, el delfín, al emerger del agua y luego sumergirse, me inspira a pensar en el renacimiento, la renovación y la capacidad de transformación personal. Me hace ver que uno puede superar los desafíos y salir con una nueva perspectiva, siempre evolucionando. Su vitalidad y energía vibrante, junto con sus colores, me evocan la energía pura y la exuberancia de la vida. Son un símbolo de la fuerza vital y la abundancia en los océanos, y esa energía la quiero canalizar en cada una de mis obras.
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